Un hombre, cuatro hijos, y todo por hacer. Andrés no entiende por qué ha necesitado tantos artilugios para criar a sus hijos cuando son pequeños y por qué ahora, adolescentes, no le sirve ninguno... Porque los hijos son para toda la vida, tienen cambios, etapas y estados de ánimo que dan lugar a situaciones surrealistas.
Si tienes hijos, este es tu espectáculo; y si no, también, así sabrás todo lo que te estás perdiendo.
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